La ciudad de
Belén
La ciudad de belén
se sitúa sobre
dos colinas rocosas a unos 800 metros
sobre el nivel del mar, al lado del
desierto de Judea, y a 8km. al sur de Jerusalén. Su nombre hebreo significa
“la casa del pan”.
BELÉN
Belén era asentamiento de beduinos hace
más de cinco mil años y se llamaba Éfrata.
En la Biblia, la ciudad se llama Belén de Judá, para
distinguirla de otra ciudad de la tribu de Zabulón.
Allí Raquel, la esposa de Jacob, muere al dar a luz a Benjamín y
es sepultada en el camino de Éfrata. Jacob erigió el sepulcro de Raquel muy VENERADO por los judíos por ser considerada la madre de la
nación. También venerada por cristianos y musulmanes, con lo que su tumba es
fuente de continuas fricciones. Los judíos la controlan en la
actualidad. Al este de Belén está el pueblo de Beit Sahour donde están los Campos de
Rut. Según la tradición aquí ocurrió el relato bíblico del libro de Rut, en el
que un rico propietario local se enamora de una pobre viuda moabita, al llegar
esta acompañando a su suegra Noemí. El hijo de Rut y Boaz es Obed, el padre de
Jesé, padre de David
El profeta Samuel designa a David como
rey de Israel en Belén, remplazando a Saúl
La cisterna dentro de la Basílica de la Natividad es el
tradicional lugar del “pozo de David” y allí los cristianos
pusieron una fuente bautismal.
Roboam, nieto de David gobierna entre el 928 y 911 a.C. y
construye sistemas de defensa en Belén pero dos siglos más tarde ya la ciudad es devastada.
El profeta Miqueas anuncia la promesa de Dios para Belén hablando de la destrucción de Samaria,
la deportación de sus habitantes y de la invasión de Judea por parte de
Senaquerib:
Mas tú, Belén Efratá,
aunque eres la menor entre las familias de Judá,
de ti me ha de salir
aquel que ha de dominar en Israel,
y cuyos orígenes son de antigüedad,
desde los días de antaño.
NACIMIENTO DE JESÚS
El nacimiento de Jesús es relatado en la Biblia. Se produjo allí porque al ser José de la tribu mesiánica
del rey David -también nacido en Belén-, debía empadronarse allí censo fiscal
según las órdenes de los conquistadores romanos.
Se supone que Jesús nació
hacia el año 6 o 7 a.C en una de las tantas cuevas donde se guardaban
animales.
La pequeña ciudad de Belén –
hoy básicamente musulmana – ha sido lugar de peregrinaje.
Los primeros en llegar fueron los
Reyes Magos llegados de Oriente y más adelante, desde el Siglo IV, llegaron los cristianos.
Los primeros cristianosVENERARON estos acontecimientos, recordando el lugar donde nació Jesús.
Pero en el año 135, tras
el fracaso de una revolución judía contra los romanos, el emperador Adriano construyó sobre la gruta un templo y un bosque sagrados, dedicados al dios
pagano Adonis.
Santa Elena, madre del
emperador Constantino (272-337) quien legalizó el cristianismo en el Imperio Romano, buscó las huellas de Jesús en Tierra Santa y ordenó levantar los
primeros lugares de culto en el Santo Sepulcro y la
Basílica de la Natividad.
En el sitio donde se había producido el
nacimiento de Jesús, Santa Elena construyó una pequeña iglesia, en la que décadas después San
Jerónimo tradujo la Biblia del griego
al latín, conocida como “La Vulgata”.
El lugar estaba cubierto de árboles según San
Cirilo de Jerusalén en el año 348 y San Jerónimo escribía, en el 395:
“Belén, que es ahora nuestra,…
estuvo bajo la sombra de un bosque de Tammuz; es decir, de Adonis, y en la
cueva donde en otro tiempo se oyeron los primeros gemidos de Dios, se lloraba
al querido de Venus”.
Anteriormente,
Orígenes había dicho: “
En Belén, se muestra la cueva
en que nació Jesús y, dentro de la cueva, el pesebre en el que fue reclinado,
siendo de todos conocido, incluso las gentes ajenas a la fe; en esta cueva- se
dice- nació aquel Jesús a quien admiran y adoran los cristianos”.
LAS
VICISITUDES
La pequeña iglesia fue
saqueada y destruida por los samaritanos, un pueblo helenizado de origen
israelita que se rebeló contra los romanos en el año 529.
La actual estructura
de la Basílica de la Natividad data del periodo de Justiniano en el siglo VI, y
parece que sólo el techo ha sido reconstruido.
Tierra Santa fue objeto
nuevamente de una invasión, esta vez de los persas en el año 614, que no la destruyeron porque vieron en ella imágenes de los Reyes Magos con atuendos
típicos de su país.
También se salvó de la
invasión musulmana en el año 647, porque ven en Jesús
a un profeta y a María la santa que le concibió.
La Basílica no volvería a sus días de máxima grandeza hasta las
cruzadas, entre los siglos XI y XII, al convertirse en el lugar preferido por los
monarcas de los reinos cruzados de Jerusalén cuando eran ungidos en el trono.
En el año 1099,
Tancredo fue enviado por Godofredo de Bouillón para proteger la ciudad de los
ataques musulmanes.
Un año más tarde, en
la noche de Navidad del 1100, fue coronado en la basílica como rey de Jerusalén
Balduino I.
Los cruzados
restauraron la basílica entre los años 1165-1169, sustituyendo el mosaico del
pavimento por un enlosado de mármol blanco, que después fue saqueado por los
turcos en el siglo XVI para colocarlo en el pavimento de una de sus mezquitas.
El año 1347 concedieron a los
franciscanos la gestión de la Gruta del Nacimiento y el mantenimiento de la basílica, derecho que
más tarde también adquirieron los ortodoxos griegos (1645-1669); a lo que se
sumaron entre 1810 y 1829 los armenios ortodoxos; por lo tanto la propiedad se dividió entre tres comunidades: la
griega ortodoxa, la armenia y la latina, mientras que los derechos y privilegios sobre la Natividad están definidos por el Acuerdo de Statu Quo de
los Santos Lugares de 1852.
Un acuerdo dos años
más tarde causaría una disputa entre Francia y Rusia por el control de la
Basílica -regida por entonces por los grecoortodoxos- y la estrella de
oro que marca el nacimiento de Jesús.
Presionado por Napoleón
III, el Sultán Abdul Mejid I había retirado el control de la Basílica a la
Iglesia Grecoortodoxa, cediéndosela a la Iglesia Católica y nombrando a Francia “protectora soberana de Tierra Santa”.
El robo de la estrella de Belén, de 14 puntas y con una inscripción en latín que
afirma “Aquí ha nacido Jesús de la
Virgen María”, comenzó la Guerra de Crimea entre 1854 y 1856, una de las más
sangrientas de la historia.
Dos acuerdos
internacionales posteriores, el de Berlín en 1878 y de París en 1888, regularon
el control de los lugares santos y por ello en la misa de Nochebuena en Belén participan los cónsules generales de España, Italia, Bélgica y Francia,
custodios de Tierra Santa.
LA BASÍLICA DE LA NATIVIDAD
NACIMIENTO DE JESÚS
El nacimiento de Jesús es relatado en la Biblia. Se produjo allí porque al ser José de la tribu mesiánica
del rey David -también nacido en Belén-, debía empadronarse allí censo fiscal
según las órdenes de los conquistadores romanos.
Se supone que Jesús nació
hacia el año 6 o 7 a.C en una de las tantas cuevas donde se guardaban
animales.
La pequeña ciudad de Belén –
hoy básicamente musulmana – ha sido lugar de peregrinaje.
Los primeros en llegar fueron los
Reyes Magos llegados de Oriente y más adelante, desde el Siglo IV, llegaron los cristianos.
Los primeros cristianosVENERARON estos acontecimientos, recordando el lugar donde nació Jesús.
Pero en el año 135, tras
el fracaso de una revolución judía contra los romanos, el emperador Adriano
construyó sobre la gruta un templo y un bosque sagrados, dedicados al dios
pagano Adonis.
Santa Elena, madre del
emperador Constantino (272-337) quien legalizó el cristianismo en el Imperio
Romano, buscó las huellas de Jesús en Tierra Santa y ordenó levantar los
primeros lugares de culto en el Santo Sepulcro y la
Basílica de la Natividad.
En el sitio donde se había producido el
nacimiento de Jesús, Santa Elena construyó una pequeña iglesia, en la que décadas después San
Jerónimo tradujo la Biblia del griego
al latín, conocida como “La Vulgata”.
El lugar estaba cubierto de árboles según San
Cirilo de Jerusalén en el año 348 y San Jerónimo escribía, en el 395:
“Belén, que es ahora nuestra,…
estuvo bajo la sombra de un bosque de Tammuz; es decir, de Adonis, y en la
cueva donde en otro tiempo se oyeron los primeros gemidos de Dios, se lloraba
al querido de Venus”.
Anteriormente,
Orígenes había dicho: “
En Belén, se muestra la cueva
en que nació Jesús y, dentro de la cueva, el pesebre en el que fue reclinado,
siendo de todos conocido, incluso las gentes ajenas a la fe; en esta cueva- se
dice- nació aquel Jesús a quien admiran y adoran los cristianos”.
LAS
VICISITUDES
La pequeña iglesia fue
saqueada y destruida por los samaritanos, un pueblo helenizado de origen
israelita que se rebeló contra los romanos en el año 529.
La actual estructura
de la Basílica de la Natividad data del periodo de Justiniano en el siglo VI, y
parece que sólo el techo ha sido reconstruido.
Tierra Santa fue objeto
nuevamente de una invasión, esta vez de los persas en el año 614, que no la destruyeron porque vieron en ella imágenes de los Reyes Magos con atuendos
típicos de su país.
También se salvó de la
invasión musulmana en el año 647, porque ven en Jesús
a un profeta y a María la santa que le concibió.
La Basílica no volvería a sus días de máxima grandeza hasta las
cruzadas, entre los siglos XI y XII, al convertirse en el lugar preferido por los
monarcas de los reinos cruzados de Jerusalén cuando eran ungidos en el trono.
En el año 1099,
Tancredo fue enviado por Godofredo de Bouillón para proteger la ciudad de los
ataques musulmanes.
Un año más tarde, en
la noche de Navidad del 1100, fue coronado en la basílica como rey de Jerusalén
Balduino I.
Los cruzados
restauraron la basílica entre los años 1165-1169, sustituyendo el mosaico del
pavimento por un enlosado de mármol blanco, que después fue saqueado por los
turcos en el siglo XVI para colocarlo en el pavimento de una de sus mezquitas.
El año 1347 concedieron a los
franciscanos la gestión de la Gruta del Nacimiento y el mantenimiento de la basílica, derecho que
más tarde también adquirieron los ortodoxos griegos (1645-1669); a lo que se
sumaron entre 1810 y 1829 los armenios ortodoxos; por lo tanto la propiedad se dividió entre tres comunidades: la
griega ortodoxa, la armenia y la latina, mientras que los derechos y
privilegios sobre la Natividad están definidos por el Acuerdo de Statu Quo de
los Santos Lugares de 1852.
Un acuerdo dos años
más tarde causaría una disputa entre Francia y Rusia por el control de la
Basílica -regida por entonces por los grecoortodoxos- y la estrella de
oro que marca el nacimiento de Jesús.
Presionado por Napoleón
III, el Sultán Abdul Mejid I había retirado el control de la Basílica a la
Iglesia Grecoortodoxa, cediéndosela a la Iglesia Católica y nombrando a Francia “protectora soberana de Tierra Santa”.
El robo de la estrella de Belén, de 14 puntas y con una inscripción en latín que
afirma “Aquí ha nacido Jesús de la
Virgen María”, comenzó la Guerra de Crimea entre 1854 y 1856, una de las más
sangrientas de la historia.
Dos acuerdos
internacionales posteriores, el de Berlín en 1878 y de París en 1888, regularon
el control de los lugares santos y por ello en la misa de Nochebuena en Belén
participan los cónsules generales de España, Italia, Bélgica y Francia,
custodios de Tierra Santa.
LA BASÍLICA DE LA NATIVIDAD
La Basílica de la Natividad se encuentra a 10 kilómetros al sur de Jerusalén sobre la gruta donde la tradición dice que nació Jesús. El lugar donde los cristianosVENERAN el nacimiento de Jesús es una gruta de forma rectangular, de 12,50 metros de largo, 3,50 de anchura y 3 de altura, ennegrecida por el humo de las lámparas que los barbudos monjes greco-ortodoxos mantienen siempre encendidas. La Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa Griega y la Iglesia Apostólica Armenia comparten la custodia del templo, símbolo de la convivencia de diferentes creencias
Mas tú, Belén Efratá,
aunque eres la menor entre las familias de Judá,
de ti me ha de salir
aquel que ha de dominar en Israel,
y cuyos orígenes son de antigüedad,
desde los días de antaño.
NACIMIENTO DE JESÚS
El nacimiento de Jesús es relatado en la Biblia. Se produjo allí porque al ser José de la tribu mesiánica del rey David -también nacido en Belén-, debía empadronarse allí censo fiscal
según las órdenes de los conquistadores romanos.
Se supone que Jesús nació
hacia el año 6 o 7 a.C en una de las tantas cuevas donde se guardaban
animales.
La pequeña ciudad de Belén –
hoy básicamente musulmana – ha sido lugar de peregrinaje.
Los primeros en llegar fueron los
Reyes Magos llegados de Oriente y más adelante, desde el Siglo IV, llegaron los cristianos.
Los primeros cristianosVENERARON estos acontecimientos, recordando el lugar donde nació Jesús.
Pero en el año 135, tras
el fracaso de una revolución judía contra los romanos, el emperador Adriano
construyó sobre la gruta un templo y un bosque sagrados, dedicados al dios
pagano Adonis.
Santa Elena, madre del
emperador Constantino (272-337) quien legalizó el cristianismo en el Imperio
Romano, buscó las huellas de Jesús en Tierra Santa y ordenó levantar los
primeros lugares de culto en el Santo Sepulcro y la
Basílica de la Natividad.
En el sitio donde se había producido el
nacimiento de Jesús, Santa Elena construyó una pequeña iglesia, en la que décadas después San
Jerónimo tradujo la Biblia del griego
al latín, conocida como “La Vulgata”.
El lugar estaba cubierto de árboles según San
Cirilo de Jerusalén en el año 348 y San Jerónimo escribía, en el 395:
“Belén, que es ahora nuestra,…
estuvo bajo la sombra de un bosque de Tammuz; es decir, de Adonis, y en la
cueva donde en otro tiempo se oyeron los primeros gemidos de Dios, se lloraba
al querido de Venus”.
Anteriormente,
Orígenes había dicho: “
LA GRUTA DEL NACIMIENTO
En Belén, se muestra la cueva
en que nació Jesús y, dentro de la cueva, el pesebre en el que fue reclinado,
siendo de todos conocido, incluso las gentes ajenas a la fe; en esta cueva- se
dice- nació aquel Jesús a quien admiran y adoran los cristianos”.
LAS
VICISITUDES
La pequeña iglesia fue
saqueada y destruida por los samaritanos, un pueblo helenizado de origen
israelita que se rebeló contra los romanos en el año 529.
La actual estructura
de la Basílica de la Natividad data del periodo de Justiniano en el siglo VI, y
parece que sólo el techo ha sido reconstruido.
Tierra Santa fue objeto
nuevamente de una invasión, esta vez de los persas en el año 614, que no la destruyeron porque vieron en ella imágenes de los Reyes Magos con atuendos
típicos de su país.
También se salvó de la
invasión musulmana en el año 647, porque ven en Jesús
a un profeta y a María la santa que le concibió.
La Basílica no volvería a sus días de máxima grandeza hasta las
cruzadas, entre los siglos XI y XII, al convertirse en el lugar preferido por los
monarcas de los reinos cruzados de Jerusalén cuando eran ungidos en el trono.
En el año 1099,
Tancredo fue enviado por Godofredo de Bouillón para proteger la ciudad de los
ataques musulmanes.
Un año más tarde, en
la noche de Navidad del 1100, fue coronado en la basílica como rey de Jerusalén
Balduino I.
Los cruzados
restauraron la basílica entre los años 1165-1169, sustituyendo el mosaico del
pavimento por un enlosado de mármol blanco, que después fue saqueado por los
turcos en el siglo XVI para colocarlo en el pavimento de una de sus mezquitas.
El año 1347 concedieron a los
franciscanos la gestión de la Gruta del Nacimiento y el mantenimiento de la basílica, derecho que
más tarde también adquirieron los ortodoxos griegos (1645-1669); a lo que se
sumaron entre 1810 y 1829 los armenios ortodoxos; por lo tanto la propiedad se dividió entre tres comunidades: la
griega ortodoxa, la armenia y la latina, mientras que los derechos y
privilegios sobre la Natividad están definidos por el Acuerdo de Statu Quo de
los Santos Lugares de 1852.
Un acuerdo dos años
más tarde causaría una disputa entre Francia y Rusia por el control de la
Basílica -regida por entonces por los grecoortodoxos- y la estrella de
oro que marca el nacimiento de Jesús.
Presionado por Napoleón
III, el Sultán Abdul Mejid I había retirado el control de la Basílica a la
Iglesia Grecoortodoxa, cediéndosela a la Iglesia Católica y nombrando a Francia “protectora soberana de Tierra Santa”.
El robo de la estrella de Belén, de 14 puntas y con una inscripción en latín que
afirma “Aquí ha nacido Jesús de la
Virgen María”, comenzó la Guerra de Crimea entre 1854 y 1856, una de las más
sangrientas de la historia.
Dos acuerdos
internacionales posteriores, el de Berlín en 1878 y de París en 1888, regularon
el control de los lugares santos y por ello en la misa de Nochebuena en Belén
participan los cónsules generales de España, Italia, Bélgica y Francia,
custodios de Tierra Santa.
Belén ayer y hoy
Pueblo en que nació Jesús
Belén es uno de los pueblos más
antiguos de
Palestina, situado 8km. al sur de
Jerusalén. Belén fue
asentamiento de
beduinos hace más de cinco mil
años. La
llamaban Éfrata (Ephrathah,
¿fructífera?).
Su nombre en hebreo BETleehem:
casa del
pan). En Belén nació Nuestro
Señor
Jesucristo, descendiente del Rey
David que
también
nació allí
.
En la
Biblia, la
ciudad se
llama
Belén de
Judá, para
distinguirla de otra
localidad
homónima de la tribu de Zabulón.
Raquel,
esposa de Jacob, muere al dar a
luz a
Benjamín y es sepultada en el
camino de
Éfrata. Jacob erigió allí el
sepulcro de
Raquel que es
muy
venerado en la actualidad por los
judíos por
ser considerada como la madre
de
Ella es
también
cristianos
y
musulmanese
el lugar
de
su tumba
sigue siendo objeto de continuas
fricciones. Los judíos la
actualidad
.
JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR
Jesucristo es el Salvador del mundo y el Hijo
de Dios. Él es nuestro Redentor. La Santa
Biblia nos enseña que la madre de Jesucristo
fue María, que Su padre en la tierra fue José,
que nació en Belén y creció en Nazaret, y que
trabajó como carpintero con José. Cuando
cumplió los 30 años, empezó un ministerio
de tres años durante los que enseñó, bendijo
y sanó a las personas de la Tierra Santa.
Asimismo, organizó Su Iglesia y dio a Sus
apóstoles “poder y autoridad” para ayudarle
en Su obra.
Pero, ¿qué queremos decir cuando
declaramos que Él es el Salvador del mundo?
¿El Redentor? Cada uno de estos títulos
señala la verdad de que Jesucristo es el único
camino por el que podemos volver a vivir con
nuestro Padre Celestial.
La resurrección de Jesús
Pasado el sábado, al amanecer del
primer día de la semana, María
Magdalena y la otra María fueron a
visitar el sepulcro. De pronto, se
produjo un gran temblor de tierra: el
Ángel del Señor bajó del cielo, hizo
rodar la piedra del sepulcro y se sentó
sobre ella. Su aspecto era como el de
un relámpago y sus vestiduras eran
blancas como la nieve. Al verlo, los
guardias temblaron
de espanto y
quedaron como
muertos. El Ángel dijo
a las mujeres: «No
teman, yo sé que
ustedes buscan a
Jesús, el Crucificado.
No está aquí, porque
ha resucitado
como lo había dicho.
Vengan a ver el
lugar donde estaba, y vayan en seguida
a decir a sus discípulos: «Ha
resucitado de entre los muertos, e irá
antes que ustedes a Galilea: allí lo
verán». Esto es lo que tenía que
decirles».
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